Después de la explicación, manos a la obra, ahora nos toca a nosotros, a contar chupa-chups, a poner palitos y a decorar el ramo.
Nuestros ramos dulces ya están terminados, da mucha pena comérselos, pero no se si aguantaremos.
Después de este momento tan dulce, nos contó un cuento muy bonito "El ladrón de estrellas". Aquí estamos escuchando muy atentos, nos gusto mucho, y nos enseño que nosotros podemos dar un montón de estrellas, que las tenemos guardadas dentro de nuestro corazón y las podemos repartir a los demás cuando damos besos, abrazos, cuando nos portamos bien, cuando hacemos caso, etc...
Pasamos una tarde muy divertida.
¡Muchas gracias Sandra!
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